Un relato breve, diario, sobre la historia de México o el mundo, basado en las efemérides del día.

lunes, 16 de enero de 2012

16 DE ENERO - TELEGRAMA TENTADOR


El «hubiera» no existe, pero en ocasiones me pregunto ¿qué sucedería si México no hubiera perdido la mitad de su territorio? ¿Qué hubiera pasado si Estados Unidos no nos hubiera sometido bajo su influjo económico? Y por último ¿Hubiera México sido capaz algún día de recuperar los territorios que perdió en los Tratados de Guadalupe-Hidalgo? (ver historia del 10 de enero en esta página).
Esto no es de ninguna manera un lamento por lo sucedido, es un simple ejercicio que puede poner a volar nuestra imaginación. Nada es imposible, incluso hay ocasiones en que alguien más puede ofrecer ayuda para que logres lo que deseas, siempre y cuando ofrezcas algo a cambio, «marketín», «bisnes son bisnes».
En la lejana Europa entre los años 1914 y 1918 se dio la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial, un incidente que involucró a  todos los países de pelo en pecho; se distribuyeron en dos bandos: los Aliados de la Triple Entente (Francia, Inglaterra y Rusia) por un lado y por el otro estaban las Potencias Centrales (Alemania, Austria-Hungría e Italia, aunque Italia se declaró neutral durante la guerra).
Fue una de las peores guerras en las que se ha visto envuelta la humanidad, más de 70 millones de militares en acción, 9 millones de muertos en combate.
Todo comenzó por el asesinato de un archiduque, heredero al trono de Austria-Hungría. Fue una época en que las naciones firmaban acuerdos de alianzas, mismas que se dieron décadas antes del conflicto, así que, por tonto que esto suene, no era sino algo parecido a «no te metas conmigo porque le llamo a mis amigos».
Tremenda guerra aquella, de proporciones descomunales. En 1917, en plena guerra, estalló la  famosa Revolución en el Imperio ruso, donde los bolcheviques eliminaron al emperador o zar para instaurar el comunismo y crear la Unión Soviética. Este hecho ocasionó que Rusia abandonara la Guerra Mundial.
En ese mismo año de 1917 se suscitó un evento casi desconocido en nuestra historieta nacional:
Llevaba por nombre Arthur Zimmermann el ministro de Asuntos Exteriores de aquél legendario Imperio Alemán; este señor envió un telegrama al embajador alemán en México, de nombre Heinrich von Eckardt con instrucciones para que se acercara al Gobierno de México con una propuesta para formar una alianza contra los Estados Unidos, ni más ni menos. Fue interceptado por los ingleses y el contenido de este telegrama fue el detonante para que Estados Unidos metiera sus narices en el conflicto europeo.
Alemania permanecía neutral ante Estados Unidos, pero estaba latente el peligro de que esta política fracasara, por lo tanto, Alemania ofrecía aliarse con México para que éste último lanzara una ofensiva militar contra los vecinos del norte. Alemania ofrecía ayuda financiera y de armamento y además ofrecía ayuda para algo que suena muy apetitoso para el orgullo nacional, aquí dejo la traducción al español del telegrama original:
«Nos proponemos comenzar el primero de febrero la guerra submarina, sin restricción. No obstante, nos esforzaremos para mantener la neutralidad de los Estados Unidos de América.
En caso de no tener éxito, proponemos a México una alianza sobre las siguientes bases: hacer juntos la guerra, declarar juntos la paz; aportaremos abundante ayuda financiera; y el entendimiento por nuestra parte de que México ha de reconquistar el territorio perdido en Nuevo México, Texas y Arizona. Los detalles del acuerdo quedan a su discreción [de Von Eckardt].
Queda usted encargado de informar al presidente [de México] de todo lo antedicho, de la forma más secreta posible, tan pronto como el estallido de la guerra con los Estados Unidos de América sea un hecho seguro. Debe además sugerirle que tome la iniciativa de invitar a Japón a adherirse de forma inmediata a este plan, ofreciéndose al mismo tiempo como mediador entre Japón y nosotros.
Haga notar al Presidente que el uso despiadado de nuestros submarinos ya hace previsible que Inglaterra se vea obligada a pedir la paz en los próximos meses.»
Jugoso y tentador el ofrecimiento, ¿cierto?
Un día como hoy, 16 de enero, pero de 1917, Arthur Zimmermann envió el «Telegrama Zimmermann» a nuestras tierras mexicanas. 


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