Alvargonzález dijo: La historia es muchas historias, la historia
no es todo lo que pasó sino lo muy poco que recordamos de todo lo que ha pasado,
la historia es una mezcla ingeniosa de olvidos y recuerdos.
Fuentes Mares dijo: Hasta antes de Poinsett, todos los mexicanos
se consideraban españoles, aunque criollos, mestizos o peninsulares, todos
españoles al fin, ahora no, ahora la verdad no sabemos qué es lo que somos.
La historia «republicana»
de México cortó de tajo los 300 años de la Colonia, creó héroes hechos a su
medida, señaló a algunos como «malos» y borró del recuerdo a otros muchos
personajes. Esa es la historia oficial que tenemos en las aulas de clases.
Bien difícil es poder
escribir sobre personajes que quedaron en el olvido colectivo debido a la
escasa información. Hoy intentaré hablar de uno de esos olvidados de las memorias
de la historia de México: Luis de Velasco y Castilla.
Nació en Sevilla,
España; su padre fue el segundo virrey de la Nueva España, don Luis de Velasco
y Ruiz de Alarcón (virrey de 1550 a 1564). Llegó siendo niño a la Nueva España
acompañando a su padre, después regresó a España. Allá, el rey Felipe II lo
nombró virrey en 1589 y le dio las «Instrucciones», que era un documento donde
se describían las normativas de la política que debía seguir: catequización,
impartición de justicia, sobre los indígenas y el incremento de la Real
Hacienda (percepción de impuestos).
Como en toda empresa
humana, la época de la Colonia estuvo enmarcada por buenos y malos gobernantes.
Ernesto de la Torre Villas escribió: Algunos
trajeron una experiencia en el mando y realizaron buena labor en beneficio del
reino; otros eran privados de los privados de España según el siglo, hombres
débiles, amantes de sus personales beneficios y vanagloria, los cuales
confundieron el gobierno con una prebenda sin responsabilidades. Algunos de
ellos, y esto se ve ya en los finales del siglo XVI, fueron separados de sus
cargos, bien por sospechar de su rectitud y lealtad política hacia el monarca…
por su, falta de tacto político… o por graves disensiones con otras
autoridades… Don Luis de Velasco el mozo y el marqués de Cerralvo quedan como
los gobernantes más destacados de este siglo [XVI].
Luis de Velasco
apodado «el mozo» para diferenciarlo de su padre, dictó una serie de medidas a
favor de los indígenas y fomentó la pacificación con ellos. Reguló el salario
que los indígenas debían recibir, reglamentó los horarios de trabajo y también
indicó cuáles eran las ocupaciones en las que los españoles podían emplearlos. Por
otro lado, tuvo la idea de crear un lugar para «salida y recreación de los
vecinos» en la Ciudad de México: mandó crear la Alameda Central, parque
emblemático hasta hoy en día.
Sobre este virrey existe
un dato muy curioso: Hay un cuadro, un retrato del busto de Luis de Velasco,
realizado en el año de 1589, se le mira con su barba rubia, lleva en sus ropas
la Cruz de Santiago (la cual se cree que tuvo sus orígenes en la época de las
cruzadas), lleva puesto también un sombrero
muy alto y el típico adorno al cuello llamado gorguera, pero lo que
destaca en este retrato es que el virrey trae puesto un raro artefacto llamado
en aquél entonces «antojos». Son unos anteojos de armazón metálico rígido, de
lentes redondas, con un arco para la nariz y las dos patillas que ayudan a
sostenerlos por medio de las orejas, tal como las gafas de hoy. Es este retrato
la primera evidencia en América del uso de anteojos, se le atribuye el ser la
primera persona en usarlos en este tan americano continente. Historia banal,
quizá, pero interesante al fin ¿o me equivoco? Como dijo Don Juan Zarlene: con esas gafas puestas quizá leyó
con una sonrisa aquella frase de Sancho Panza: Que el amor, según yo he oído decir, mira con unos antojos que hacen
parecer oro al cobre, a la pobreza, riqueza, y a las lagañas, perlas.
Un día como hoy, 27
de enero, pero de 1590, Don Luis de Velasco y Castilla toma posesión del
virreinato de la Nueva España por primera vez, en el año de 1607 sería nombrado
virrey por segunda ocasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario