Un relato breve, diario, sobre la historia de México o el mundo, basado en las efemérides del día.

martes, 24 de enero de 2012

24 DE ENERO - MISIONES EN CALIFORNIA


En repetidas ocasiones los escritores de novelas se inventan lugares y los bautizan con nombres que también son producto de su imaginación. Allá para el año 1510 en España se publicó una novela llamada «Las Sergas de Esplandián», en esa novela el autor menciona a una reina de las amazonas llamada Calafia, que vivía en la Isla de California, rica en oro. Cuando los españoles, descubrieron aquella península creyeron que era una isla y la llamaron California, seguramente en tono de burla o ironía ya que el paisaje es árido, desértico y apenas si había unos cuantos pobladores primitivos.
Tiempo después se dieron cuenta de que esa supuesta isla estaba unida al continente, llamaron entonces a la península como Baja California mientras que al norte le llamaron Alta California o Nueva California.
Hoy en día al escuchar el nombre California inmediatamente lo asociamos con Hollywood, grandes ciudades llenas de rascacielos, pero mucho antes de que esto sucediera fueron un puñado de españoles y novohispanos quienes descubrieron y fundaron las primeras poblaciones allí. Fueron ellos quienes le dieron nombre a los pueblos, costas, ríos, montañas, etc.
Como ya sabemos, en la conquista de California al igual que en otras tierras de América, los españoles hicieron uso de la espada y de la cruz. A la Nueva España llegaron diferentes órdenes religiosas como la de los Agustinos, los Dominicos, Los Franciscanos, los Jesuitas, etc.
A más de 150 años después de haber descubierto las tierras californianas, año de 1683, los jesuitas fueron los primeros europeos que fundaron las llamadas «Misiones» en esas tierras. Las Misiones tenían autonomía económica y administrativa y los colonizadores españoles no podían ingresar a esos territorios. Así comenzó la colonización de la Baja California.
La orden de los jesuitas tenía como uno de sus votos sacerdotales el obedecer al Papa y no al rey, por lo tanto, bajo ese pretexto y otros cuantos más, el rey Carlos III decidió expulsarlos tanto de España como de sus territorios ultramarinos.
La labor misionera esta vez corrió a cargo de la orden de los Franciscanos, a partir de 1769, encabezados por fray Junípero Serra, nacido en Mallorca, España.
Me permito retomar el espinoso tema religioso. Más allá de que si la evangelización de indígenas fue para bien o para mal, más allá del bien y del mal está la labor de los hombres, guiados por sus creencias y sus convicciones.
Los frailes hacían su recorrido pie, sin ayuda de caballos o cualquier otro transporte, y lo hacían desde el momento en que salían de sus monasterios en España. Deberías detenerte a pensar un poco en las adversidades que implica un viaje así en aquellas épocas, sin contar los peligros que representaba cruzar el océano para llegar a estas tierras, los índices de mortandad en esos viajes trasatlánticos eran muy elevados, viajes en barcos de vela que tan pequeños como incómodos. Sumado a esto, fray Junípero Serra rechazó el transporte que los españoles pusieron a su disposición aquí en la Nueva España, decidió hacer su viaje a pie desde Veracruz hasta la ciudad de México; en el camino recibió una picadura de algún bicho en su pierna y esto le provocó graves secuelas que lo marcaron por el resto de su vida. Siempre viajó a pie, cientos de kilómetros andando con los punzantes dolores en su pierna.
Junípero Serra fundó la Misión de San Diego (la que hoy en día es la gran ciudad de San Diego, Cal.) y otras 9 misiones más en el transcurso de 15 años. Los indígenas de aquellas tierras vivían de manera muy primitiva, errabundos colectando frutos y cazando, completamente desnudos, no eran en lo absoluto civilizaciones como la mexica (azteca), en las Misiones los frailes les enseñaron el idioma español, a leer y escribir, a cantar y tocar instrumentos, las nociones de la agricultura, ganadería, carpintería, herrería y albañilería a la par de su cristianización; las mujeres recibían lecciones de cocina, costura y hilado y confección de tejidos. Así, a la par de la religión, a California llegó la civilización que los frailes consideraban una forma de vida más digna para los seres humanos de estas tierras.
Un día como hoy, 24 de enero, pero de 1770, fray Junípero Serra termina su exploración en el puerto de Monterrey, hoy conocido como Monterey Bay (qué elegante suena ahora… ¿cierto?)
    

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