Situémonos en el año
1850 aproximadamente, en aquél entonces Nayarit no era un Estado como lo es
hoy, formaba parte de Jalisco, se le conocía como el 7º Cantón de Jalisco.
Allí, en las cercanías de Tepic, nació Manuel Lozada, indio Cora de cepa pura.
Bajo su nombre se creó una historia romántica.
La historia es muchas
historias, la historia y la mitología muchas veces se entrecruzan. Los
personajes que hacen historia suelen ser elevados a condiciones casi divinas.
La romántica historia
de Lozada dice que siendo muy niño quedó huérfano de padre y su madre al no
poder mantenerlo lo entregó en adopción a sus tíos. Asistió a la escuela
elemental pero no terminó sus estudios ya que tenía que trabajar para ayudar a
sostener a su familia. Cuenta también la historia que Lozada fue contratado
como caballerango por un rico hacendado y que nuestro personaje, tal como en
las telenovelas, se enamoró de la hija del patrón, y ella de él, y se fugaron.
Lo encarcelaron por este hecho. Al ser puesto en libertad no renunció a su amor
y volvió a con ella y lo hicieron preso de nuevo y otra vez. En tres ocasiones
fue hecho preso y puesto en libertad por estar enamorado. Sigue contando la historia
que después de este hecho, Lozada se indignó de la forma en que vivían los
indígenas y formó un grupo armado para luchar por esa causa. Un militar salió
en su búsqueda para castigarlo y al no encontrarlo capturó a la madre de Lozada
y la azotó en la plaza de Tepic públicamente. A partir de ese hecho Lozada se
convertiría en el Tigre de Álica al frente de su ejército de salvajes.
Otra historia, sin
tanto romanticismo, nos dice que Lozada fue un bandolero que hizo buenas migas
con un de los altos empleados de una de las dos casas que comerciaban con los
productos traídos en la Nao de China (ver 14 de enero) y que estaban en
disputa, misma que se acrecentó con la guerra civil entre liberales y
conservadores. Dejó de ser bandido, apoyado por los conservadores y franceses
(léase II Imperio Mexicano), para luchar contra los liberales (léase Juárez). Bernabé
Godoy dice: Empezó Lozada sus correrías
por el año 1853, al frente de una gavilla que con el tiempo se fue haciendo
cada vez más grande.
Carlos Rivas Góngora, terrateniente y alto
empleado de la casa Barrón, Forbes y Cía., cuya matriz radicaba en Tepic,
estableció premeditadamente contacto con el salteador, a quien cedió con
amabilidad la cabalgadura, iniciando así una amistad favorable a los intereses
de ambos. De ella se derivó el entendimiento entre Lozada y la poderosa firma de
los patrones de Rivas, que de este modo lograron disminuir en breve tiempo el
poder de otra fuerte negociación de ascendencia española, la casa Castaños.
Mientras la República se debatía en las
contiendas civiles, los contrabandos iban y venían por las costas nayaritas al
amparo de las partidas «lozadeñas». No era sólo que el pobre erario nacional
dejara de recibir los beneficios fiscales; la extraña sociedad Lozada-Barron,
Forbes y Cía. obligaba al sacrificio de energías, humanas y materiales, en esa
campaña que venía a sumarse a las tribulaciones de la patria.
Eustaqui Barron Jr. Y Guillermo Forbes,
miembros del cuerpo consular, frustraron las consecuencias del informe que el
general Santos Degollado rindió en 1856 al gobierno de la República, en
relación con las actividades ilícitas de la negociación regenteada por los
ambiciosos diplomáticos, contrabandistas en gran escala desde 1834. La nación
tuvo que soportar un desagradable incidente con Inglaterra.
El terrible bandolero fue subiendo en
categoría; y en la liquidación político-ideológica que tuvo lugar durante las
guerras de Reforma y el Impero se convirtió en uno de los enemigos más
encarnizados de la causa reformista.
Lozada al frente de «los salvajes de Álica»
llegó a las proximidades de Guadalajara un día como hoy, 28 de enero, pero de
1873, con la firme intención de tomar por asalto y apoderarse de la ciudad.
Ramón Corona salió a su encuentro para defender Guadalajara. Se llevó a cabo la
llamada Guerra de la Mojonera en la que Corona venció al Tigre de Álica. Meses
después Lozada moriría fusilado a manos de Corona.
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