Un relato breve, diario, sobre la historia de México o el mundo, basado en las efemérides del día.

domingo, 22 de enero de 2012

22 DE ENERO - JUÁREZ Y ZULOAGA


El día de ayer platicamos sobre el asunto de Juárez y Zuloaga. Hoy retomaremos este tema.
Regresamos a la época de Santa Anna, el bello durmiente (ya les platicaré algún día el porqué). Año de 1854, se pronuncia el llamado Plan de Ayutla promovido principalmente por Ignacio Comonfort y secundado por hombres como Benito Juárez y Melchor Ocampo. Se contemplaba en ese plan el destituir a Santa Anna sobre todo por haber vendido los territorios conocidos como La Mesilla (sur de Arizona y Nuevo México); también contemplaban nombrar un presidente del bando de los liberales y la redacción de una nueva constitución política. Inició otra de las muchas batallas interinas en México del siglo XIX: la Revolución de Ayutla.
Comonfort encabeza al «Ejército Restaurador de la Libertad», Santa Anna al mando de las tropas conservadoras. La lucha comenzó en el estado de Guerrero, fue dispareja el inicio: quinientos hombres contra seis mil de Santa Anna, sin embargo resistieron los primeros embates, poco después se fueron sumando más personas a la lucha: Michoacán, Tamaulipas, San Luis Potosí, Jalisco, México y Guanajuato. La gente estaba descontenta por las condiciones de miseria y por los nuevos impuestos decretados por Santa Anna para poder sostener la guerra. Santana impuso un terrorismo de Estado: dispuso que toda población que brindara apoyo a la insurgencia sería saqueado e incendiado.
Juárez, exiliado en Estados Unidos, llegó a Acapulco para apoyar a los liberales. El gobierno de Santa Anna había agotado sus recursos, no pudo poner fin a la Revolución de Ayutla. Santa Anna abandonó México.
Sin duda el siglo XIX fue una época difícil para México. Una vez que Santa Anna se fue del país, los conservadores nombraron a Martín Carrera como presidente interino, solo duró 28 días en el cargo. Los liberales nombraron a Juan Álvarez como presidente, renunció al cargo dos meses después. Quien asumió después la presidencia fue Comonfort y su séquito de liberales: Juárez, Ocampo, Lerdo de Tejada y Guillermo Prieto, quienes convocaron a un congreso para trabajar en la nueva constitución.
En dicha constitución de 1855 hubo cambios importantísimos para la época, sobre todo la supresión de los privilegios de la Iglesia y del ejército (hasta esta fecha, prácticamente todos los gobernantes de México habían sido militares, esta ocasión casi todos eran civiles).
Era de suponerse que la Iglesia Católica, encabezada por el papa Pío IX se pronunciara en contra de la nueva constitución y excomulgó a quienes juraran la constitución.
Esta constitución contenía ideas modernas basadas en las europeas, sin embargo la población mexicana era muy católica, por lo tanto no veía con buenos ojos al gobierno liberal.
Después de este acontecimiento vino otro de los tantos planes: el Plan de Tacubaya en el cual participó el general Félix María Zuloaga y el mismo presidente Comonfort, quien consultó con varios personajes la viabilidad de seguir gobernando con esa constitución. Inició una nueva revolución: Considerando que la mayoría del pueblo no quedó satisfecha con la Constitución; que el país debe regirse por leyes acordes con sus usos y costumbres; a partir de esta fecha cesa de regir la Constitución; el presidente Comonfort conserva tal carácter, pero con atribuciones omnímodas; a los tres meses el propio Presidente convocará a un Congreso constituyente para que elabore un nuevo código que será sometido a la aprobación de todos los habitantes de la República.
Benito Juárez fue hecho preso. Pronto Comonfort y Zuloaga tuvieron serias discusiones y diferencias, por lo cual Zuloaga se levantó en armas contra Comonfort, este último liberó a Juárez en cuanto supo del levantamiento.
Al triunfo del Plan de Tacubaya el presidente Comonfort fue destituido y un día como hoy, 22 de enero, pero de 1858, el general Félix Zuloaga es nombrado presidente interino de la República. Fue este acontecimiento la causa para iniciar la Guerra de Reforma que dejaría en la bancarrota al país.

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