Un relato breve, diario, sobre la historia de México o el mundo, basado en las efemérides del día.

domingo, 29 de enero de 2012

29 DE ENERO - UN MEXICANO EXCEPCIONAL


El pasado 25 de enero escribí sobre la Real Universidad de México y hoy hablaré sobre unos de sus hijos más distinguidos, quien hizo una labor que hoy por hoy debería ser motivo de orgullo y reconocimiento. Tristemente los mexicanos tenemos instalado en la cabeza que fuimos derrotados hace 500 años y seguimos con esa tradición alabando héroes que la mayoría de las veces son «héroes derrotados» y Cuauhtémoc es quien encabeza la lista.
En los primeros días del mes de febrero de 1696 nació en la Ciudad de México Juan José de Eguiara y Eguren. Aunque de procedencia española (vasca), Juan José fue un mexicano tal cual.
Estudió sus primeras lecciones con profesores privados, después ingresó al Real Colegio de San Ildefonso. Tiempo después ingresó a la Real y Pontificia Universidad de México, allí estudió teología y derecho. A la edad de 13 años se graduó como bachiller en artes, años más tarde como bachiller en teología y también como licenciado teólogo. Recibió el doctorado en teología. Se dedicó al las labores pastorales y como profesor en la Universidad. Tiempo después fue ordenado como sacerdote, profesó las cátedras de Retórica, Prima de Teología y Prima de Sagradas Escrituras. Fue nombrado como rector de la Real y Pontificia Universidad de México, fue también examinador sinodal, calificador del Santo Oficio y diputado del Seminario Conciliar entre otros.
Escribió al menos 800 sermones, personalmente me siento atraído por uno de ellos, titulado La Cristianidad del Imperio Mexicano, ya que este término creí que se había forjado cien años después, con la guerra de independencia. En ese sermón da a conocer su patriotismo fundamentado en la imagen de la virgen de Guadalupe.
A la edad de 51 años se jubiló. A los 56 años fue elegido como obispo de la ciudad de Mérida, Yucatán, pero rechazó el cargo por «quebrantada salud y debilidad de fuerzas corporales».
Un personaje contemporáneo a Juan José Eguiara, llamado Manuel Martí y Zaragoza, escritor español, fue el autor del Epistolarium libri duodecim, en ese libro se niega rotundamente que en Hispanoamérica (y en especial en la Nueva España) se cultivara el espíritu mediante el estudio.
Motivado por semejante afirmación, Eguiara se dio a la tarea de escribir la Bibliotheca Mexicana, labor que le llevó más de diez años. Esta obra representa la primera reflexión filosófica de la historia de México. Allí, Eguiara se considera como mexicano, novohispano, identidad que ostenta y valora en sus dobles raíces: las culturas indígenas y la herencia española.
En la Bibliotheca Mexicana se encuentran más de mil semblanzas o biografías de los personajes más importantes y de las instituciones que han contribuido al largo y delicado proceso de la formación de nuestra cultura, la mexicana, así como el registro bibliográfico de las obras producidas en Nueva España, allí se habla desde virreyes como Don Antonio de Mendoza hasta poetisas como Sor Juana Inés de la Cruz. Con esta magna obra Eguiara desmiente aquella afirmación de Martí y hace saber que en nuestra tierra también es capaz de producir hombres maduros e intelectuales.
Al menos trescientos años tenemos los mexicanos el deseo de exaltar a los hijos ilustres de nuestra patria. Juan José Eguiara ha sido uno de los más destacado nacionalistas, lógicamente hablamos de ese nacionalismo intelectual que tanta falta hace hoy en día en nuestro México querido. 
Un día como hoy, 29 de enero, pero de 1763, falleció Juan José de Eguiara y Eguren, sin duda uno de los hijos más valiosos que han dado nuestras tierras. Que sirva su ejemplo para que tú y yo no nos sintamos menos que nadie, porque la capacidad intelectual es propia del ser humano y de ninguna manera es propiedad de ningún pueblo o raza en específico.

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