Hay un dicho que
reza: «la historia se repite», y muchas veces ha sido así. ¿Por qué es
importante el estudio de la historia? Precisamente ¡para que no se repita! Me
refiero lógicamente a los episodios trágicos.
El escenario de la
historia de hoy está en la ciudad de Río Blanco, Veracruz. Un episodio cruel
que no debiera repetirse jamás, pero éste no ha sido un caso aislado.
Según conversas que
he entablado con muchas personas, casi todas recuerdan las famosas «tiendas de
raya». (Se les conocía de esa forma porque la gran mayoría de trabajadores era
analfabeta y en los recibos de nómina ponían una raya en lugar de su firma).
En la escuela
primaria nos explicaron que hasta antes de la Revolución de 1910, a obreros y
campesinos se les pagaba con bonos para surtirse de manera obligatoria en esas
tiendas en lugar de bonificarles su trabajo con dinero contante y sonante. Éste no era un caso particular de México, sino
que fue un fenómeno que tuvo lugar incluso en países de pelo en pecho como
Estados Unidos, Francia e Inglaterra.
Normalmente estas
tiendas eran propiedad del mismo patrón, quien vendía los productos a un costo
más alto y recuperaba todo el dinero que «gastaba» en las nóminas. Además, era
común que el trabajador no ganara lo suficiente para completar su canasta
básica, por lo cual se veía obligado a solicitar productos a crédito, bajo interés
muy elevado y claro está que adquirían deudas exorbitantes. Aunado a esto, la
deuda no terminaba con el fallecimiento del endeudado, sino que pasaba como herencia
a sus familiares. Ahora esto resulta casi increíble, inconcebible, sorprendente,
ya que la situación ha cambiado radicalmente ¿cierto?
En Río Blanco existía
una fábrica de textiles, allí los obreros trabajaban jornadas de 13 horas, bajo
un ambiente ensordecedor por el estruendo de las máquinas, respirando aire lleno
de pelusa e incluso tóxico por los tintes. Se dice que el promedio de vida
trabajando allí era de tan sólo 12 meses, pero por 15 centavos al día, valía la
pena… Sin leyes que regularan el trabajo, sin pago por indemnizaciones por
daños, sin derechos y obligados a obedecer y respetar al patrón, ni más ni
menos.
Los obreros sabían
que más allá, en la fábrica de Orizaba, los mismos productos de las tiendas
costaban entre 25% y 75% más baratos. Hartos de todos los abusos, decidieron
organizarse secretamente en sus hogares y planearon la lucha, lucha titánica
contra el empresario y contra el gobierno mismo, por que un fuerte accionista de
esa fábrica era nada más y nada menos que Don Porfirio Díaz, presidente de México en ese entonces.
Tan pronto como se
dieron cuenta del asunto, enviaron a la policía para poner orden, los
sospechosos fueron encarcelados de inmediato y al resto de trabajadores se les
amenazó con darles prisión a ellos y a sus familiares. Debido a esto, los
obreros de la compañía textil de la ciudad de Puebla (del mismo dueño) se
pusieron en huelga, los empresarios no hicieron nada, dejarían que las cosas
siguieran su curso, total, en menos de 15 días habrán muerto de hambre. Los
trabajadores de Río Blanco también se levantaron en huelga. Cientos de obreros
y familias pasaron hambres durante dos meses. Pidieron a Porfirio Díaz que
revisara la situación, éste dijo que reanudaran sus labores y no pasaría nada. Los
obreros regresaron a sus puestos pero solicitaron a la tienda de raya que les
diera maíz y frijol para sostenerse durante esa primera semana; «a estos perros
no les daremos ni agua» fue la respuesta. Fue entonces que cometieron el
saqueo, a las afueras del pueblo ya estaban listos los soldados (¿casualmente?)
y abrieron fuego contra ellos. Se lee en una noticia del periódico de ese día
que «se corre el rumor de que mañana abrirán las puertas de la fábrica y todos
los obreros que se salvaron de la matanza, tendrán que retornar a su trabajo,
so pena de tener la misma suerte de sus compañeros victimados.»
Un trágico día como hoy, 7 de enero pero de 1907, entre 400 y 800 personas, obreros e inocentes, fueron asesinados. El gobierno trató de ocultar este hecho, pero la noticia corrió de voz en voz… prepárate Porfirio que se acerca 1910.
Un trágico día como hoy, 7 de enero pero de 1907, entre 400 y 800 personas, obreros e inocentes, fueron asesinados. El gobierno trató de ocultar este hecho, pero la noticia corrió de voz en voz… prepárate Porfirio que se acerca 1910.
Por extraño que se lea, hoyendía hay gentes que dicen: era mejor en las tiendas de raya, así si quiera tenía uno seguro qué comer y donde vivir.
ResponderEliminarGloria R.
Es por eso que en tono sarcástico comento que las cosas cosas han cambiado radicalmente... la respuesta a mi pregunta es: No es cierto
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